13/09/2022
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El yoga es una disciplina que combina el trabajo con la mente y el cuerpo. Hay quien recurre a su práctica como método de meditación, otros lo hacen como actividad deportiva, lo cierto es que engancha y todas las ventajas que trae consigo provocan que quien lo practica lo asuma como una filosofía de vida, ya que los beneficios del yoga son muchos.
¿Qué es el Yoga?
La práctica de yoga no tiene porqué exigir grandes esfuerzos, por lo que está recomendado a cualquier edad, es el propio cuerpo el que va estableciendo la progresión y el ritmo adecuado. Se trabaja a partir de posturas o asanas. Eso sí, hay diferentes tipos de yoga que implican una mayor o menor intensidad, solo debes encontrar aquel que se ajuste mejor a ti y con el que te sientas más cómodo. Estas son algunas alternativas:
- Hatha yoga. Probablemente sea el más extendido, perfecto para quienes están comenzando, ya que es menos intenso y se basa en movimientos pausados y suaves.
- Kundalini yoga. Se centra especialmente en la zona del abdomen y la espalda y para ello recurre a la combinación de respiraciones y posturas con mantras y técnicas de meditación. Es una de las variedades más antiguas que se conocen.
- Viniyoga. En este caso los ejercicios se adaptan a cada persona, dependiendo de sus necesidades y características. Es un yoga “personalizado”.
- Ashtanga yoga. Es una de las modalidades más exigentes y dinámicas. Las posturas o asanas tienen un orden establecido y se repiten de manera fluida. La sincronización de movimientos y respiración es fundamental.
- Bikram yoga. Esta modalidad consiste en la práctica de 26 posturas con las que se trabaja todo el cuerpo en una habitación climatizada, con una temperatura en torno a los 40º.
Principales beneficios que produce la práctica del Yoga
De manera genérica, el yoga contribuye a mejorar nuestra calidad de vida, influyendo directamente en la salud del cuerpo y la mente.
- La práctica habitual contribuye a reducir el estrés, la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
- La repetición de asanas aumenta la flexibilidad y nos ayuda a mejorar cuestiones como la coordinación.
- Al trabajar también la mente, sus beneficios implican un aumento de la capacidad de concentración y también de la autoestima.
- Nos ayuda a dormir mejor y a relajarnos.
Fortalecimiento del sistema inmunológico
El sistema inmunológico es la principal defensa de nuestro cuerpo frente a cualquier infección o enfermedad. Muchas de las dolencias provocadas por un desequilibrio en el sistema inmunológico están relacionadas con el estrés y la ansiedad y en este sentido, el yoga ha demostrado ser un importante refuerzo natural, contribuyendo a reducirlos. Al mismo tiempo que tonificamos nuestro cuerpo, estamos activando la circulación sanguínea, controlando la respiración, eliminando toxinas y estimulando el sistema linfático.
Aumento de la concentración
Los beneficios del yoga no son solamente físicos, actúa sobre nuestra mente, aportando paz y calma, lo que se traduce en un aumento de la capacidad de concentración, el yoga nos ayuda a fijar el foco de nuestros pensamientos y eliminar distracciones innecesarias. Para lograrlo existen una serie de posturas específicas, como la postura del águila, el rezo o el cuervo.
Incrementa la flexibilidad
Aunque al principio nos parezca imposible llegar a realizar determinadas posturas, lo cierto es que con la práctica constante te darás cuenta de cómo tu cuerpo abandona la rigidez inicial para poco a poco permitirte ir avanzando. Notarás cómo gracias a la repetición pausada de movimientos te vuelves más flexible.
Controla tu peso
Hay quienes cuestionan la efectividad del yoga a nivel físico alegando que se trata de una actividad basada en ejercicios lentos y relajados, lo que no tienen en cuenta es que la realización de esos ejercicios implica un consumo de energía y por lo tanto, quema calorías. Si hablamos de bikram el efecto se multiplica, es la modalidad por la que se inclinan la mayoría de personas que busca perder peso.
Mejora el bienestar general
Como puedes ver son muchos los beneficios que el yoga puede aportar a tu vida y empezarás a notarlos ya en las primeras sesiones, de tal manera que influirá en diferentes aspectos de tu día a día, animándote a introducir cambios en positivo, en cuestiones como la alimentación u otros hábitos.
Yoga en casa: trucos para practicarlo fácilmente
Otra de las ventajas del yoga es que no necesitas acudir al gimnasio. Sigue estos consejos y podrás practicarlo en casa:
- Elige un lugar en el que no haya ruidos ni cualquier otro tipo de estímulos que puedan distraerte.
- Utiliza una esterilla y asegúrate de que podrás hacer los ejercicios sin resbalar. Lo mejor es que su superficie sea antideslizante.
- Viste ropa adecuada, debe ser cómoda y permitir que puedas moverte con total libertad.
- Comienza siempre con respiraciones profundas para calmar tu estado de ánimo.
- Empieza con las posturas más básicas y descansa entre cada una.
- No olvides concentrarte en la respiración, es clave.
- Finaliza cada sesión con unos minutos de relajación.
Las mejores posturas de Yoga para todos los niveles
Postura de la montaña, tadasana
Es una de las asanas básicas. De pie, con la columna estirada y la mirada al frente.
Postura del loto, padmasana
Es la postura por excelencia para la meditación. Siéntate con las piernas cruzadas, doblando las rodillas de manera que cada pie se apoye sobre el muslo contrario, con la planta hacia arriba. Apoya cada mano sobre la pierna del mismo lado, uniendo el dedo pulgar con el índice. La espalda debe estar recta.
Postura de la pinza sentada, paschimottanasana
Perfecta para estirar toda la parte de atrás del cuerpo. Sentado, con las piernas estiradas, inspira y levanta los brazos al mismo tiempo que separas los talones del cuerpo. Estira la columna. Espirando, inclínata hacie adelante para alcanzar los dedos de los pies con las manos. Con cada respiración trata de acercar más la cara a las rodillas.
Postura del árbol, vrikshasana
Comienza en tadasana. Mira a un punto fijo buscando el equilibrio. Levanta la pierna derecha, flexionando la rodilla para colocar el pie en la cara interna del muslo izquierdo. Una vez conseguido el equilibrio sube los brazos por encima de la cabeza y junta las palmas.
Postura del guerrero, virabhadrasana
Guerrero I. De pie, con el cuerpo erguido y las manos a los lados, da un paso al frente doblando la rodilla delantera unos 90 grados, manteniendo la otra pierna semiflexionada y las manos estiradas hacia arriba.
Guerrero II. Estira la pierna pierna posterior y mantén los brazos extendidos, paralelos al suelo. La cabeza debe mirar hacia donde está la pierna flexionada.
Guerrero III. Dobla el tronco 90 grados hacia el frente, con las piernas rectas, mientras subes un pie hacia atrás, paralelo al suelo. Los brazos deben estar extendidos hacia arriba, en línea con el tronco.
Postura del arco, dhanurasana
Tumbado hacia abajo, coger el pie derecho con la mano derecha y el izquierdo con la mano izquierda, elevando las extremidades y arqueando la espalda.
Postura del sauce, janu sirsasana
Sentado, con las piernas estiradas, flexiona una de las rodillas llevándola hacia el suelo y hacia atrás y coloca el pie en la parte interna del muslo contrario. La otra pierna debe estar estirada y el pie flexionado. elevamos los brazos por encima de la cabeza sintiendo el alargamiento de toda la espalda. Inspira y sube los brazos por encima de la cabeza, alargando la espalda. Expira y girando hacia la pierna estirada, flexiona hacia adelante.
Postura rodilla en la cabeza, marichyasana
Sentado, con la pierna derecha estirada, flexiona la izquierda y pega el pie al glúteo. Agárrate las manos por detrás de la espalda.
Asanas, respiración y meditación son la clave del yoga. De nada servirían las posturas si no las acompañamos con la respiración necesaria y, por supuesto, partiendo de un estado de ánimo adecuado.