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Este número es indicativo del riesgo del producto, siendo 1/6 indicativo de menor riesgo y 6/6 de mayor riesgo.

Banco Santander está adscrito al Fondo de Garantía de Depósitos de Entidades de Crédito. Para depósitos en dinero el importe máximo garantizado es de hasta 100.000 euros por depositante en cada entidad de crédito.

Este indicador de riesgo hace referencia a la cuenta corriente Online.

8 tipos de liderazgo empresarial y sus características

08/10/2023

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Elon Musk no es Mark Zuckerberg, al igual que Jeff Bezos no es Amancio Ortega o Sam Altman. Al menos, a la hora de mostrarse como líderes de los respectivos proyectos empresariales que los han llevado a lo más alto. Cada uno de ellos ejerce su rol de un modo distinto, si bien es cierto que todos han alcanzado las cotas más elevadas de éxito. Esto se debe, fundamentalmente, a que existen muchos tipos de liderazgo.

La otra buena noticia es que el liderazgo es una habilidad que se estudia y se entrena. De hecho, es una de las muchas materias que se tratan en un MBA (Master of Business Administration).

Pero, para aprender a ser un buen líder, primero necesitas conocer los distintos tipos de liderazgo empresarial que existen.

¿Qué es el liderazgo empresarial?

Cuando hablamos de liderazgo empresarial nos referimos a la capacidad que tiene una persona para guiar, dirigir e influir en el trabajo y el comportamiento de quienes le rodean con el propósito de alcanzar los objetivos que se ha marcado el equipo, el departamento o la empresa en su conjunto.

Dicho de un modo más simple, el liderazgo empresarial es un factor humano que fomenta la unión del grupo y motiva a cada uno de sus integrantes a superar sus metas. Para conseguirlo, el líder ha de reunir una serie de características imprescindibles sin importar el tipo de liderazgo que ejerza:

  • Responsable. Tiene la capacidad para tomar decisiones y la ejerce cuando es necesario. También es capaz de delegar y asumir las consecuencias (positivas o negativas) que conllevan sus acciones.
  • Ejemplo para seguir. Un buen líder se convierte en un ejemplo para los demás. Para ello, ha de ser una persona honesta, íntegra y transparente. Ha de destacar por su lealtad, su autenticidad y sus principios y valores éticos tanto en el ámbito personal como en el profesional.
  • Buen comunicador. Lo es porque sabe escuchar de forma activa y transmitir sus ideas y su visión. No solo se hace entender, sino que también convence a quienes le siguen para que las pongan en práctica. Es decir, también destaca por su capacidad de persuasión desde una perspectiva positiva.

Además, un buen líder se muestra comprometido con el proyecto, lo que no es fácil en los tiempos que corren. También es optimista ante la adversidad, trata de aprender de forma continua y sabe adaptarse a los cambios. Incluso es capaz de asumir riesgos cuando la situación lo requiere para aprovechar las ventanas de oportunidad que se le presentan.

Estilos de liderazgo empresarial

Como es obvio, no todas las personas tienen todas las cualidades de un buen líder. Esto hace que, cuando llegan a puestos de liderazgo, no elijan el modelo más adecuado para alcanzar sus objetivos.

Aunque algunos expertos hablan de hasta 20 estilos de liderazgo dentro de las empresas, nosotros vamos a centrarnos en los ocho más relevantes. Si ya tienes experiencia en el mercado laboral, estamos seguros de que más de uno te resultará familiar.

Liderazgo autocrático

La autocracia es un sistema en el que todo el poder de toma de decisiones recae en una única persona, que asume toda la responsabilidad. Se trata de una modalidad extrema y que, hoy en día, no está excesivamente bien valorada, ya que no implica a los empleados.

El líder autocrático no desea que los trabajadores realicen sugerencias, sino solo que obedezcan sus órdenes al pie de la letra sin hacer preguntas. Evidentemente, esto dificulta mucho que se motiven, por lo que en estos entornos suele imponerse un estricto sistema de recompensas y castigos en función del trabajo realizado.

Este tipo de liderazgo es muy negativo para la innovación, la creatividad y la colaboración entre las personas, por lo que solo se recomienda cuando los integrantes de la empresa o equipo carecen de experiencia y es necesario tomar decisiones lo más rápido posible. Eso sí, con el paso del tiempo siempre desemboca en un mal clima laboral.

Liderazgo ético

Hay veces en las que las empresas necesitan transmitir una serie de valores éticos a sus trabajadores con el propósito de que asimilen su identidad corporativa. Una vez que lo hagan, tendrán la capacidad de tomar decisiones por sí mismos de forma mucho más solvente y ajustada a ella.

Este modelo de liderazgo es especialmente habitual en organizaciones sin ánimo de lucro o no gubernamentales. Sin embargo, puede darse en cualquier otro tipo de empresa. De hecho, suele demandarse con asiduidad cuando la compañía cambia de propietario, por ejemplo.

Liderazgo adaptativo

Hoy en día, la capacidad de adaptarse a los cambios es imprescindible, tanto para los empleados como para sus responsables. En este sentido, el liderazgo adaptativo es un conjunto de prácticas que tratan de guiar a los trabajadores a la hora de atreverse a hacer cosas nuevas y a adquirir competencias y capacidades que antes no poseían.

Este estilo de liderazgo es especialmente habitual en las empresas tecnológicas, ya que pertenecen a un sector sujeto a continuos cambios. Solo tenemos que pensar en cómo ha cambiado el panorama en los últimos meses tras la irrupción a gran escala de los sistemas de inteligencia artificial.

Liderazgo democrático

Podríamos considerarlo como el tipo de liderazgo opuesto al autocrático. En este caso, quien ejerce el rol de líder trata de que todos los miembros del equipo participen en el proceso de toma de decisiones. Es decir, busca el consenso por encima de todas las cosas, a pesar de que la responsabilidad, al final, caerá sobre él.

Este es uno de los tipos de liderazgo empresarial que mayor grado de involucración y satisfacción genera entre los empleados. También es de gran utilidad a la hora de mejorar las habilidades de un equipo en su conjunto y de cada miembro por separado. Además, es más fácil motivarlos sin necesidad de recurrir a castigos o recompensas financieras.

El único hándicap que tiene este estilo de liderazgo es que suele requerir más tiempo a la hora de tomar decisiones. Es más, estas pueden no ser las mejores si los empleados carecen de la suficiente cualificación.

Liderazgo laissez-faire

El término francés laissez-faire procede del francés y en español significa “dejad hacer”. Fue formulado por Lewin en 1939 y es una modalidad extrema del liderazgo democrático basado en la no intervención del líder. De hecho, es un modelo no intervencionista que brinda a los empleados libertad total de acción. Son ellos quienes tienen que tomar las decisiones, resolver los problemas y establecer los objetivos que se deben alcanzar.

El problema está en que un estilo de liderazgo tan extremo como este solo da buenos resultados en casos muy particulares, ya que los trabajadores han de cumplir con unos requisitos muy altos. Por ejemplo, han de destacar sobremanera en términos de competencia, responsabilidad, habilidad y cualificación. También deben conocer minuciosamente la empresa y lograr un ambiente laboral muy positivo.

Liderazgo transformacional

Como su propio nombre indica, este tipo de liderazgo trata de conseguir la transformación del equipo o del conjunto de la empresa. Por ello, suele ejercerse cuando los trabajadores han experimentado antes un liderazgo de tipo autocrático o, simplemente, cuando el negocio cambia su perspectiva dentro del mercado.

En este sentido, la labor del líder es empoderar a los miembros del grupo para ayudarles a colaborar mutuamente en armonía. Asimismo, también les inspira para que velen por el bienestar de la organización.

Está demostrado que el liderazgo transformacional se traduce en una mayor retención de talento motivada por más elevadas cotas de implicación. Eso sí, implica cierto riesgo de desviación en los protocolos organizacionales.

Liderazgo transaccional

Aquí hablamos de una simplificación del liderazgo autocrático. De hecho, es habitual que se combine con otros modelos. La motivación de los empleados se centra, única y exclusivamente, en la obtención de recompensas económicas o de otro tipo (días extras de vacaciones, por ejemplo) en función de su rendimiento.

La gran ventaja de este modelo es que ofrece objetivos cuantificables, específicos y perfectamente medibles en el tiempo, por lo que los empleados siempre saben cómo debe ser su rendimiento. Además, crea cadenas de mando muy bien definidas, si bien es cierto que menoscaba la empatía, la creatividad y la innovación.

Liderazgo coaching

Hoy en día, todo el mundo tiene claras cuáles son las ventajas del coaching empresarial a la hora de que los empleados identifiquen sus puntos fuertes y débiles, así como para alcanzar sus objetivos profesionales y personales. En este sentido, el liderazgo tipo coaching lo ejercen los directivos que saben animar y motivar a sus empleados con base en estas metas.

Este tipo de liderazgo funciona especialmente bien cuando los trabajadores son conscientes de que poseen ciertas debilidades y quieren mejorarlas para incrementar su desempeño. Sin embargo, hay casos en los que los empleados muestran reticencias a la hora de formarse y cambiar el modo en el que trabajan. En este tipo de situaciones, las opciones más autocráticas suelen resultar más efectivas.

En definitiva, estos son los ocho tipos de liderazgo más importantes que existen. Hemos dejado algunos en el tintero, como es el caso del liderazgo burocrático, afiliativo o directivo, ya que actualmente no gozan de tanto reconocimiento ni prestigio. En cualquier caso, esperamos haberte ayudado a reconocerlos y a averiguar cuál es el que más te conviene poner en práctica si pasas a ostentar un cargo directivo en la empresa para la que trabajas.