05/07/2022
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España cuenta con unos 8.000 kilómetros de costa y una diversidad paisajística única. Frente a los arenales más populares, todavía podemos encontrar algunas playas desconocidas de aspecto casi salvaje, paraísos de una belleza extraordinaria que han sabido conservarse intactos a pesar de la presencia humana. Si estás buscando un rincón así para perderte y disfrutar del mar, estas son nuestras recomendaciones.
Playa de Carnota (A Coruña)
Sus más de 7 kilómetros de longitud convierten a la playa de Carnota en la más larga de Galicia. A los pies del Monte Pindo, entre Lira y Caldebarcos y con Fisterra de fondo, el lugar, a cobijo tras sus dunas, invita a disfrutar de la inmensidad del Océano Atlántico. El espectáculo es mucho mayor con bajamar, cuando queda al descubierto una gran lámina de arena muy fina, que alcanza los 500 metros de ancho en muchos puntos. Esto hace que con marea alta puedas adentrarte unos 200 metros mar adentro sin que el agua te llegue más allá de la cintura, ideal para nadar.
Ubicada en un entorno natural de interés ecológico y paisajístico, en su punto central desemboca el río Vadebois, formando la conocida como Boca do Río, que es también donde se ubica el acceso principal a la playa. La desembocadura forma una zona de marismas, un paraje de una enorme riqueza natural, en el que habitan numerosas especies de aves. Los más pequeños disfrutan especialmente con las piscinas naturales que se forman con las mareas en la zona de Boca do río.
Playa de los Muertos (Almería)
En Cabo de Gata encontramos uno de esos arenales que siempre aparecen en las listas de las mejores playas, la playa de Los Muertos. Quizá sus mayores atractivos son sus aguas cristalinas y la calidad de la arena. Tiene alrededor de un kilómetro de longitud y se encuentra entre las localidades de Aguamarga y Carboneras. El acceso es complicado, lo que ha permitido que la playa conserve esa naturaleza salvaje que tan especial la hace. Solamente puede llegarse hasta allí andando y ninguno de los tres caminos que llevan al lugar es aconsejable ni para niños ni para personas con movilidad reducida. El desnivel en la orilla también hace que el baño sea peligroso.
Su difícil acceso desanima a muchos bañistas, lo que la hace ideal para quienes buscan un entorno tranquilo para pasar un día de playa. Porque aunque tiene aparcamiento (que en verano hay que pagar; unos 5 euros por todo el día), las bajadas hasta la playa son bastante complicadas: o un sendero de 700 metros con bastante desnivel, o unas escaleras de piedra bastantes irregulares, o un camino de unos 100 metros todavía más empinado.
Cala Estreta (Girona)
Cala Estreta es una bellísima playa virgen, ubicada entre acantilados, una playa escondida en la que se practica nudismo. Su arena es gruesa y no cuenta con servicio alguno, lo que hace que sea un lugar muy tranquilo. La vista desde la playa es preciosa, de fondo aparecen las islas Formigues. El acceso, como en la mayoría de las calas de la Costa Brava, no es fácil pero tampoco peligroso, hay que seguir el camino que lleva desde la playa de El Castell a Calella.
Es una de las playas más desconocidas de la Costa Brava. Dotada de un alto valor natural y paisajístico, su nombre (Estreta, estrecha en catalán) la define: es una cala de poco más de cien metros de largo y diez de ancho, rodeada de un pinar y acantilados y dividida en dos por un saliente rocoso al que llaman La Roja.
Su arena es gruesa y sus aguas, cálidas y poco profundas, siendo ideales para practicar snorkel. Es una playa sin servicios y de baja afluencia de bañistas, ya que para llegar a ella debes caminar entre 20 y 30 minutos desde la playa del Castell. El nudismo es una práctica habitual entre sus usuarios.
Playa La Tejita (Tenerife)
Entre los tesoros que esconde la isla de Tenerife está la playa La Tejita. Tienen una longitud de unos 1000 metros, por lo que es de las más grandes de la isla. Cuenta con su propia zona de hamacas y sombrillas. Desde ella se divisa el volcán Montaña Roja, al que puedes llegar siguiendo un sendero que sale de la playa, las vistas desde lo alto son extraordinarias.
La zona está catalogada como espacio natural protegido por lo que no se puede acceder con el coche hasta la playa, pero puedes aparcar en los espacios habilitados en la carretera del Médano-Los Abrigo y llegar por varios senderos hasta la arena. No tiene chiringuitos pero sí hay una zona en la que puedes alquilar hamacas y sombrillas, y también dispone de papeleras. Desde ella podrás contemplar el volcán Montaña Roja e incluso subir a la cima, si eres de los que te gusta caminar en la playa. Su arena es negra y en cuanto al baño, hay que tener precaución ya que hay corrientes. Al ser una playa con bastante viento y oleaje, es muy habitual la práctica de deportes como el surf, el windsurf o el kitesurf.
Cala Mitjana (Mallorca)
En la costa Este de Mallorca se encuentra Cala Mitjana, muy cerca del conocido complejo turístico de Cala d’Or, una preciosa playa que comparte nombre con otra de la zona de Arta e incluso una de Menorca. A este arenal únicamente puede llegarse andando, desde Cala Sa Nau o en barco. Se trata de una pequeña bahía de aguas cristalinas, situada entre acantilados, rodeada de árboles, con zona de arena y rocas, en la que no encontrarás ningún servicio pero sí mucha paz.
Localizada en el Parque Natural de Llevant y perteneciente al municipio de Felanitx, es una pequeña playa de arena blanca y agua turquesa y transparente, rodeada de vegetación y rocas. El entorno natural, carente de construcciones, la convierte en ideal para quien busque un lugar tranquilo en el que pasar su día de playa. El difícil acceso y la falta de señalización hacen que tenga una baja ocupación de bañistas en comparación con otros arenales de la isla.
Cala Futadera (Tossa de Mar)
Entre Tossa de Mar y Sant Feliu de Guíxols, siguiendo un sendero hasta una empinada escalera, se encuentra escondida en un paraje natural de ensueño una pequeña cala, de aspecto salvaje, cala Futadera, en la que se practica nudismo por la intimidad que rodea al lugar. Debes tener cuidado con la entrada en el mar, bastante empinada, en pocos pasos dejarás de hacer pie. No suele tener mucha afluencia, la mayoría de quienes la visitan lo hacen en embarcaciones de recreo.
Situada justo después de Cala Giverola, y protegida al sur por el cabo des Pentiner, forma parte de la ruta de arenales amparado en torno a la vía GI-182 entre Tossa de Mar y Sant Feliu de Guíxols y dispone de todos los atractivos para disfrutar de una tarde de verano: una cala pequeña rodeada de rocas, aguas cristalinas y bosques de pinos a la orilla del mar.
Playa de Laga (Vizcaya)
En la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, al lado del cabo de Ogoño, está la playa de Laga, sin duda, una de las más bonitas de esta zona de la costa y la preferida por los amantes del surf por sus olas. De hecho tiene un club de surf y su propia escuela, aunque no es el único deporte que se practica allí, hay quienes se atreven a saltar en parapente desde el peñón de Ogoño (279 metros). De arena muy fina y dorada, el arenal se extiende alrededor de medio kilómetro abierto al Cantábrico. El arenal se nutre de los restos de las conchas de invertebrados marinos que forman un paisaje digno de visita.
Muy atractiva para quienes disfrutan de deportes acuáticos como el surf, el windsurf, la vela o el parapente, playa de Laga es uno de los arenales más salvajes de la costa vasca, una playa aislada y rodeada de un verde paraje (no te pierdas las vistas desde Ogoño, un mirador natural), ideal para escapar del mundo.
Playa del Silencio (Asturias)
De nombre evocador, la playa del Silencio o Gavieiru está situada en un enclave único de la costa asturiana. Está protegida por unos espectaculares acantilados rocosos que hacen las veces de parapeto, protegiendo el arenal del oleaje, convirtiéndolo en un lugar muy tranquilo. El acceso es a pie, bajando unas escaleras bastante empinadas, pero el paseo hasta allí merece la pena. No cuenta con accesos asfaltados y el camino es difícil de transitar pero el entorno es espectacular.
La playa es estrecha, con apenas medio kilómetro de longitud, y de cantos rodados que muestran siglos de erosión pero se conserva virgen y sus aguas en calma son perfectas para la práctica del buceo. Es interesante que consultes las tablas de mareas facilitadas por el Principado si estás pensando conocer esta playa protegida bajo el paraguas de Paisaje Protegido de la Costa Occidental. A 15 kilómetros, encontrarás el pueblo de Cudillero, uno de los más bonitos de Asturias, que te permitirán hacer parada tras la visita.
Cala Cortina (Murcia)
Cala Cortina se encuentra en una zona protegida, es una pequeña playa que no alcanza los 250 metros de longitud pero a la que puede accederse tanto a pie como en coche, de hecho hay una zona habilitada como aparcamiento, también encontrarás juegos infantiles, chiringuito y aseos adaptados. Si hay algo que destaca de este lugar es la paleta de azules de sus aguas.
De arena gruesa, Cala Cortina cuenta con un pequeño islote frente a sus arenas y la posibilidad de disfrutar de sus fondos marinos a través de la práctica del buceo.
Y estos son solo nueve ejemplos de playas desconocidas de España en las que pasar un día de verano, porque en cada una de las 10 comunidades autónomas con costa existen muchas más. Para descubrirlas, pregunta a los locales porque muchas no estarán señalizadas ni saldrán en las guías turísticas. Quizás tengas que caminar un poco más para llegar a ellas, y en algunas no tendrás duchas para quitarte la arena al irte, ni tampoco un chiringuito en el que tomarte un helado, pero el entorno natural y la posibilidad de extender la toalla sin problemas de espacio lo compensarán de sobra.
Descubre tu rincón para perderte del mundo y disfrutar del verano. Estas son algunas propuestas, playas desconocidas y espectaculares que nos regala el mar. ¡Disfrútalas!