Active recall: ¿cómo funciona esta técnica de aprendizaje?

Hay veces en las que, tras pasar decenas o incluso cientos de horas estudiando, tenemos la sensación de no haber aprendido nada o casi nada. De hecho, estamos convencidos de que, si has llegado hasta aquí, es porque a ti también te ha pasado.

Esto es un verdadero problema. En primer lugar, porque supone una extraordinaria pérdida de tiempo. Pero, además, también implica obtener malos resultados en las pruebas académicas correspondientes a la formación que estás cursando.

Aunque nunca lo hayas pensado, el motivo por el que esto sucede es que careces de una metodología de estudio realmente efectiva que te permita asimilar y asentar los conocimientos en tu memoria. Este es el motivo por el que aquí queremos hablarte de la conocida como active recall.

Te aseguramos que, si la pones en práctica, experimentarás un antes y un después, ya que se sustenta en principios científicos muy sólidos. Presta atención.

¿Qué es el active recall?

Active recall es un término en inglés que puede traducirse como ‘recuperación activa’ o, mejor aún, ‘recuerdo activo’. Se trata de una técnica de estudio centrada en la memorización de los contenidos que se basa en un principio muy sencillo: cuanto más participes en el proceso de estudio, más fácil te será recordar la información a largo plazo.

Pero ¿en qué se traduce esa participación? Fundamentalmente, en la realización de preguntas relacionadas con el texto que te ayuden a retener los datos. Han de realizarse tanto durante el proceso de estudio como al final. Consultar el mayor número posible de fuentes y reflexionar sobre lo que acabas de aprender también son muy útiles.

¿Para qué sirve el active recall a la hora de estudiar?

El objetivo primordial del active recall como técnica de estudio es facilitar la memorización de los contenidos a largo plazo con el propósito de sacar mejores notas en los exámenes. Se basa en un estudio llamado La importación crítica del recuerdo en el aprendizaje (Jeffrey D. Karpicke y Henry Roediger) y publicado en la prestigiosa revista Science.

Ambos autores coinciden en que el aprendizaje se produce cuando se intenta recordar la información, no cuando se intenta introducir en el cerebro a toda costa (por ejemplo, leyendo una y otra vez un tema). Esta es la forma de crear conexiones sinápticas neuronales entre lo que ya se conoce y lo que se trata de asimilar.

Además, el esfuerzo de recordar es muy exigente a nivel cognitivo. Los investigadores determinan que, cuanto más trabajo haya que hacer en este sentido, mejor será la retención de los datos.

¿Cómo se aplica el método de estudio active recall?

Lo único que necesitas para poner en práctica la técnica de estudio active recall es un lápiz o bolígrafo y una hora de papel. Después, tendrás que seguir estas instrucciones:

• Realizar un repaso: una vez que has leído un par de veces el tema, céntrate en él para sacar una serie de ideas claras que puedas asociar con algún recuerdo que ya tengas.
• Formular las preguntas: lee cada párrafo con atención, piensa en el contenido y redacta todas las cuestiones posibles en torno a él. Sus enunciados han de ser lo más precisos posibles y sus respuestas no han de ser obvias. Nunca deben poder ser respondidas con un ‘sí’ o un ‘no’.
• Responder las preguntas: como es obvio, sin mirar los apuntes.
• Evaluar las respuestas: califica tus propios resultados y reflexiona acerca de por qué las has contestado bien o mal.
• Revisa de nuevo el tema: especialmente, en lo que respecta a aquellas preguntas que has fallado. El objetivo es reforzar tus conocimientos en la materia.

Finalmente, vuelve a responder las preguntas. Puedes repetir este proceso una y otra vez hasta que todo te quede claro y consideres que has adquirido el conocimiento. Posteriormente, conforme avances, vuelve a ellas cada cierto tiempo con el propósito de que la información termine de asimilarse en tu cerebro.

Beneficios de esta técnica de aprendizaje

Si empiezas a aplicar el active recall en tu día a día, no tardarás en notar algunos beneficios muy importantes. Son todos estos.

Retención de la información

Los conceptos se asimilarán en tu cerebro de forma mucho más rápida y eficaz que utilizando otras técnicas de estudio. Es algo demostrado científicamente. Pero no solo esto. También crearás conexiones neuronales entre piezas individuales de contenido, lo que te ayudará a ser más específico en las respuestas a las preguntas de tus exámenes.

Mejora el tiempo de estudio

Harás que el tiempo que inviertas en el estudio sea más eficiente, es decir, aprenderás más dedicando menos horas. Así podrás tener más tiempo libre que dedicar a otras cosas que te gusten.

Menor ansiedad ante los exámenes

Este es un problema grave que puede dar lugar a bloqueos mentales durante las pruebas y a un malestar generalizado. Al percibir que has memorizado los conocimientos mediante una técnica de estudio que lo pone todo en tu mano, te sentirás mejor. Incluso fomentarás tu creatividad a la hora de elaborar las respuestas, lo que no debe implicar en ningún caso que te extralimites.

Mayor comprensión de conceptos

Esto se debe, fundamentalmente, a que obligarás a tu cerebro a analizar, entender y recordar los datos a un nivel muy profundo. Por tanto, no te costará recuperarlos en cuanto sea necesario.

Detectarás cualquier laguna de conocimiento que tengas

Con esto queremos decir que te darás cuenta a tiempo de cualquier concepto que no hayas asimilado correctamente. Las preguntas formuladas serán de vital importancia en este sentido. Impedirán que se produzca el efecto de ‘ilusión de competencia’, que implica la creencia de que se domina un tema cuando realmente no es así. También te percatarás muy rápido de tus fortalezas y debilidades.

Reforzarás la confianza en ti mismo.

Todas estas ventajas nos llevan a la más importante de todas: la confianza en ti mismo y en tus habilidades crecerá notablemente. Te darás cuenta de ello en cuanto afrontes el primer examen, te des cuenta de que eres capaz de recordar la información sin dificultad y saques una muy buena nota.

Otras técnicas de estudio para complementar el active recall

Como dice el refrán, “no conviene poner todos los huevos en la misma cesta”. Con esto queremos decir que, a pesar de que el active recall sea una técnica de estudio de eficacia demostrada, es recomendable complementarla con otras que se adapten bien a su metodología. Estos son los mejores ejemplos:

• Mapas conceptuales: estos elementos son ideales para crear esquemas de recordatorio. En concreto, lo que debes hacer es leer secciones completas del tema a aprender y, después, generar el esquema con todo lo que recuerdes. Es decir, no debes hacerlo mirando los apuntes. Después, compara el contenido con ellos y anota los errores. Repite el proceso hasta que queden perfectos.
• Cartas interactivas: ¿te gusta jugar al Trivial Pursuit? Pues esta técnica es muy parecida a este juego. En concreto, consiste en anotar las preguntas en una cara y en otra la respuesta correcta. Después, se barajan y, cada cierto tiempo, extraes una al azar y la respondes. Puedes elaborarlas de forma manual o a través de cualquier herramienta digital. De hecho, hay aplicaciones específicas para ello, como es el caso de Notion, Quizlet o Anki.
• Repetición espaciada: se trata de una técnica de estudio complementaria que trata de frenar el fenómeno llamado “curva del olvido” descrito por Germann Ebbinghaus, un famoso psicólogo alemán. Implica la pérdida de los conocimientos aprendidos cuando pasa un tiempo sin recordarlos. En concreto, se basa en repetir sucesivamente la información en determinados períodos de tiempo.
• Autoexámenes: se trata de otra técnica complementaria tan sencilla como realizarte a ti mismo un examen cada pocos días. También es muy útil para reforzar la confianza en ti mismo de cara a la prueba oficial.
• Repaso en grupo: poner en común los conocimientos suele ser muy útil de cara a descubrir carencias de conocimiento que nos han pasado desapercibidas. Además, discutir sobre un tema puede ayudarte a entenderlo mejor. Sin embargo, ten mucho cuidado, ya que no es raro que se caiga en la procrastinación en la pérdida de foco, especialmente, durante los períodos de exámenes en los que hay mucho estrés acumulado y se busca cualquier vía para liberarlo.
• Exponer lo aprendido: es lo que se conoce como método Feynman, en honor a Richard Feynman (físico teórico que desarrolló este método). Él mismo señalaba que si no somos capaces de explicar un tema a otra persona, realmente no lo hemos entendido bien. Esto te ayudará a desarrollar un lenguaje sencillo y entendible con el que expresarte. Es especialmente útil en pruebas evaluatorias que tienen una parte oral, como pueden ser las oposiciones al profesorado.

 

La elaboración de resúmenes es otra técnica muy interesante. Eso sí, para que se ajuste a los preceptos del Active Call, es necesario redactarlos sin mirar los apuntes, lo que conllevará su probable repetición en varias ocasiones. Para facilitar y agilizar la tarea, puede llevarse a cabo leyendo y resumiendo párrafos individuales en lugar de páginas o temas completos.

En cualquier caso, lo que creemos que ha quedado muy claro es que el active recall es una metodología de estudio extraordinariamente útil. De hecho, no solo hay estudios que avalan su eficacia, sino también miles de opiniones en Internet de otros estudiantes como tú que, tras haberla puesto en práctica, han mejorado de forma notable sus resultados académicos. Así que no lo dudes, empieza a utilizarlo y disfruta de todas sus ventajas.