Técnicas de estudio más eficaces para superar tus exámenes

A la hora de estudiar, es clave poderle sacar el máximo partido al tiempo del que dispones. Por eso es tan importante que elijas las técnicas de estudio adecuadas. Te ayudarán a aprovechar al máximo las horas de estudio y a retener mejor los conocimientos, es decir, tus probabilidades de éxito aumentarán.

¿Cuántas veces te has sentado delante de un temario durante horas sin ser capaz de sacar nada en claro? Si te dejas guiar por estos consejos, no te pasará más.

¿Qué son las técnicas de estudio y por qué las necesito?

Las técnicas de estudio son herramientas que nos facilitan la tarea de estudiar, y que se pueden emplear en todas las etapas del proceso de aprendizaje, desde la educación obligatoria hasta los estudios superiores o cursos de especialización.

Mejorar la comprensión lectora, resumir y esquematizar los contenidos o planificar los horarios de estudio son algunas de estas técnicas. Aunque las hay muy distintas entre sí, algunas de ellas se complementan. La clave, como en todo, está en que descubras cuál es la que mejor funciona contigo.

Técnicas de estudio: principales formas de estudiar

Nada hay más frustrante que ser consciente de no estar aprovechando el tiempo que le dedicamos al estudio. No se trata solo de cuánto estudiamos, sino también de cómo lo hacemos y lo cierto es que no siempre lo hacemos bien, de ahí la importancia de conocer qué técnicas podemos aplicar.

Técnicas de estudio para sintetizar y organizar la información

La base de las técnicas de estudio está en la síntesis de la información que debemos asimilar, un proceso que nos ayuda a diferenciar lo esencial de aquello que puede omitirse, priorizando ideas, estableciendo una estructura y reduciendo el texto, lo que facilitará su memorización.

Podemos optar por diferentes fórmulas:

• Los apuntes. Aunque cada vez es más habitual ir a clase con el ordenador portátil y coger apuntes digitalmente, varios estudios han demostrado la importancia de hacerlo a mano, ya que nos ayudará a fijarnos aún más en lo que registramos y nos servirá para memorizar mejor la materia.
• El resumen. Exige una lectura pormenorizada de todo el contenido, subrayando lo más importante para, a partir de ahí, elaborar un documento más breve en el que deben quedar reflejados los conceptos clave.
• El esquema. Representa gráficamente las ideas principales, a partir de palabras clave y frases cortas, dividiendo el tema en secciones, formando su esqueleto. Existen diferentes tipos de esquemas: de llaves, flechas, radial, ramificaciones…
• Mapas mentales. Se trata de dibujar un diagrama en nuestro cerebro para relacionar los diferentes conceptos que queremos estudiar. La palabra clave se coloca en el centro del mapa y, a partir de ahí, se va expandiendo en diferentes direcciones. Existen algunas herramientas gratuitas online como MindManager, FreeMind o Xmind para crear mapas mentales fácilmente. En este post también te contamos cómo puedes crear tu propio mapa mental.
• Las flashcards. Son tarjetas didácticas o de estudio que fomentan la capacidad evocadora. Para hacerte una idea, piensa en las tarjetas del Trivial.

Técnicas de estudio para mejorar la comprensión lectora

Cualquier esfuerzo a la hora estudiar sería nulo si no entendemos lo que estamos leyendo, o lo que es lo mismo, la comprensión lectora es imprescindible. No hablamos del significado aislado de las palabras, sino del texto como un todo.

Estudiar supone dejar a un lado las prisas y leer con detenimiento, analizando lo que estamos leyendo. Existen diferentes métodos:

• Lectura en diagonal. Antes de leer el texto por completo, haz una primera lectura para saber cuál es la idea principal o la temática. Para ello, lee un par de líneas del comienzo, otras dos o tres de la mitad y repite la misma operación al final. De esa manera, cuando lo leas por completo, irás comprendiendo mejor el significado del texto.
• Leer en voz alta. Leer más o menos rápido no nos ayudará a entender un texto mejor. Sin embargo, hacerlo en voz alta puede marcar la diferencia para comprenderlo. Cada texto necesita su tiempo para asimilarlo y forzar el ritmo no ayudará a conseguir el objetivo.
• Tener un diccionario a mano. Con las nuevas tecnologías ya no hacen falta grandes temarios para buscar una palabra: es suficiente con abrir un navegador o una app y preguntar por su significado. Y eso es fundamental para entender algunos términos y comprender el texto.
• Subrayar las cuestiones principales, desde fechas a datos importantes.
• Poner un título a cada párrafo. Es una de las mejores técnicas para mejorar la comprensión lectora. Se trata de que, cada vez que terminemos un párrafo, lo resumamos en un titular como si fuera un periódico. Así nos obligamos a entender lo que hemos leído y a sintetizarlo rápidamente.
• Responder a las preguntas de qué, quién, cómo, cuándo, por qué… mientras leemos un tema. Incluso puedes tener un folio al lado con varias columnas para ir respondiendo a cada pregunta.

Técnicas de estudio para memorizar

La memorización consiste en retener en la mente determinados conocimientos para recordarlos cuando sea preciso. Esta fase del aprendizaje debe llegar siempre después de haber aplicado la síntesis y la comprensión lectora, no antes. Llegados a este punto no hay una técnica universal, sino varias. El objetivo es adquirir conocimientos recordando una gran cantidad de información. Si lo necesitas, revisa nuestro post sobre técnicas de memorización para mejorar tu curva de aprendizaje, pero aquí te adelantamos algunas de las técnicas más utilizadas.

• Reglas mnemotécnicas. Con esta técnica intentaremos asociar mentalmente determinados conceptos o información con algo que sea conocido por nosotros. Hay varios tipos de reglas mnemotécnicas, pero las más famosas son crear palabras con las iniciales de los conceptos que queremos recordar o frases completas que nos ayudarán a recordar las palabras clave que necesitamos memorizar.
• Técnica de la historia-imagen. Si necesitamos memorizar una lista de nombres o lugares, esta técnica consiste en crear una historia donde aparezcan todos esos nombres o lugares. Un truco es que el relato sea lo más exagerado posible, ya que te ayudará a recordarlo mejor.
• El esfuerzo de recordar. Es, posiblemente, la técnica de estudio más tradicional, ya que se trata de retirar los apuntes, el esquema o el libro que tenemos que estudiar y tratar de resumir lo que acabamos de leer con nuestras propias palabras. Es imprescindible ser capaces de entender lo que estamos leyendo, porque, de lo contrario, los resultados no serán buenos.
• Método LOCI. Loci significa «lugar» en latín y esta técnica consiste en visualizar aquello que queremos memorizar en un lugar que sea habitual para nosotros, como puede ser el salón de nuestra casa. Así, coloca los términos o conceptos que quieres retener en diferentes puntos de ese salón, desde la estantería a la mesa de comedor o la lámpara. Después, solo tendrás que visualizar dónde estaba cada uno para recordar las palabras, lugares, etc. que necesites.
• Cambia fechas por palabras. Si no se te da bien recordar algunas fechas, puedes sustituirlas por palabras que contengan el número de letras de esa fecha. Por ejemplo, para recordar que la batalla de Lepanto tuvo lugar el 7 de octubre de 1571 puedes decir: Mariano (7) aterrorizó (10) a (1) Mario (5) leyendo (7) a (1).

Técnicas de estudio para mejorar el entendimiento del tema y reafirmar los conocimientos adquiridos

No hay mejor consejo para asentar los conocimientos adquiridos que repasar una y otra vez lo que has estudiado. Puedes hacerlo leyendo en voz alta, por ejemplo, o explicándole el tema a otra persona. Esto te servirá para reafirmar lo aprendido y al mismo tiempo para entender mejor los detalles o descubrir posibles errores.

Pero hay otras técnicas que te pueden ayudar a asentar aquello que has estudiado para no olvidarlo fácilmente.

• Haz test. Casi todos los manuales de estudio modernos vienen acompañados de diferentes ejercicios para confirmar que dominamos todo aquello que hemos estudiado. Hacer esos test una y otra vez nos ayudará a reafirmar los conocimientos; pero si no disponemos de ellos, internet es un espacio enorme donde puedes encontrar ejercicios sobre todo tipo de temáticas.
• Casos prácticos. En casi todas las materias relacionadas con números, los casos prácticos son muy útiles para entender lo que estamos estudiando. Pueden servir tanto para comprender aquello que no entendemos fácilmente como para asentar los conocimientos. Al resolver esos casos prácticos reafirmaremos la teoría estudiada anteriormente.
• Elabora preguntas. Cuando termines de estudiar un tema, intenta preparar tú mismo las preguntas de un examen sobre esa materia. Al pensar en cuáles son las cuestiones más importantes del texto para hacérselas a los alumnos, estarás recordando los datos que debes guardar a buen recaudo en tu memoria.
• Explica la lección a tu mascota (o a tu hermano pequeño, o a tu peluche favorito, etc.). Sienta a tu mascota delante de ti e intenta resumir todo lo que has aprendido explicándoselo como si fueras el profesor. Te ayudará a recordar lo estudiado y a reafirmar los conocimientos.
• Repasa el temario con compañeros. Poner la materia en común con otros estudiantes de tu nivel puede ser muy eficaz para refrescar los conceptos y conseguir asentar los conocimientos.

Técnicas de estudio para mejorar la organización del tiempo

La planificación del estudio pasa por la organización del tiempo, que es un factor importantísimo en todo el proceso:

• Es necesario elaborar un calendario de estudio en el que aparezcan reflejadas todas las horas de las que disponemos para estudiar, ya que así podremos distribuir entre ellas las materias o temas. Ese horario nos permitirá optimizar cada minuto. Además, deben aparecer también las fechas importantes. Recuerda que también necesitas contemplar el tiempo para los descansos y que diseñar un calendario de estudio implica el compromiso de cumplirlo, por lo que debe ser realista.
• Esta planificación te ayudará a crear tu propia rutina, adaptada a tus biorritmos. Lo aconsejable es estudiar siempre a las mismas horas.
• Establece una lista de prioridades y evita la multitarea.
• El espacio debe ser el adecuado, sin distracciones. En este post te ofrecemos algunas recomendaciones para crear un buen ambiente de estudio.
• Haz descansos. Estudiar sin parar es imposible y solo te llevará a la frustración, ya que el cerebro también necesita parar de vez en cuando. Por eso, establece periodos de descanso después de unos 40-45 minutos de estudio para airearte y volver a coger fuerzas.
• Cambia de asignatura. Varios estudios, entre ellos uno de la Universidad de Harvard, han demostrado que alternar de materia es beneficioso para el cerebro, ya que nos hace estar más atento a lo que hacemos y, por tanto, ayuda a retener los conceptos que queremos estudiar.

Para no perder la concentración hay que evitar las interrupciones. Por eso, es mejor dejar el móvil en silencio.

¿Cómo elegir el mejor método de estudio?

La mayoría de las veces, los malos resultados académicos se deben a los errores que cometemos cuando estudiamos, pero no hay una fórmula mágica, un único método que te asegure el éxito. La mejor manera de descubrir cuál se ajusta más a ti es probar. Identificar ese método te permitirá obtener un mayor rendimiento.

Como hemos visto, existen diferentes técnicas para mejorar tu forma de estudiar, pero todos tienen como base crear una rutina adecuada con un ambiente propicio para la concentración. Puedes obtener más información sobre esto en nuestra guía para mejorar la concentración. Recuerda, además, que existen diferentes métodos para fijar contenido. Explora la mejor opción para ti.