13/01/2020
Este número es indicativo del riesgo del producto, siendo 1/6 indicativo de menor riesgo y 6/6 de mayor riesgo.
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Este indicador de riesgo hace referencia a la cuenta corriente Online.
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¿Tienes los parciales a la vuelta de la esquina? Muchas veces, damos por hecho que todos conocemos las principales técnicas de estudio, pero lo cierto es que cometemos errores que, posteriormente, nos impiden sacar la mejor nota posible.
Por ello, nunca está de más hacer un repaso acerca de cómo estudiar para un examen. Aquí vamos a contarte cuáles son los métodos más efectivos más allá de la simple memorización y, además, te daremos algunos buenos consejos que te ayudarán a optimizar el tiempo que pasas frente a tus apuntes.
Técnicas de estudio más efectivas
Vamos a empezar hablándote de las técnicas de estudio que te permitirán retener la información más fácilmente. No tienes que decantarte solo por una de ellas, sino que puedes combinar varias para conseguir el mejor resultado posible.
Releer el contenido
Siempre que te enfrentes a un nuevo contenido, lo primero que has de hacer es realizar una lectura general con el propósito de hacerte una idea sobre el tema. Pero, después, debes volver a leerlo una y otra vez hasta comprenderlo todo.
En este sentido, el subrayado juega un papel clave, ya que te brindará la posibilidad de resaltar las partes más significativas del texto. Te recomendamos usar marcadores de distintos colores. Por ejemplo, puedes utilizar uno verde para los conceptos más importantes, otro azul para las definiciones, uno verde para las fórmulas matemáticas, etc. Esto incentivará tu memoria visual y te será de mucha ayuda a la hora de recordar lo importante.
Reescribir el contenido
Escribir tus propios apuntes a partir de los que te ha dado el profesor o del contenido del libro de texto es otra técnica tan popular como efectiva. Siempre resulta más fácil recordar algo después de haber dedicado tiempo a plasmarlo en el papel usando tus propias palabras.
Eso sí, no de cualquier modo. Los expertos aseguran que, para que esta técnica sea plenamente eficaz, es necesario que el contenido sea reescrito a mano utilizando lápiz o bolígrafo y papel. Llevar a cabo la tarea con una tablet o un ordenador no ofrece resultados igual de buenos.
Esquematizar las ideas clave
Tras haber releído varias veces el tema y haber elaborado tus propios apuntes a partir del contenido original, llega el momento de dibujar mapas mentales que esquematicen las ideas. En este caso, la utilización de herramientas digitales sí que puede ser útil, puesto que pueden aportar mayor visibilidad al esquema.
Este tipo de mapas son especialmente útiles cuando el tema en cuestión está repleto de conceptos claves que, a su vez, se relacionan con otros conceptos menos importantes. Ayudan a relacionar la información y a recordarla de forma mucho más clara.
Lectura en voz alta
En muchas ocasiones, escuchar el tema de nuestra propia voz también puede servirnos para memorizarlo mejor. Lo ideal es pronunciar los apuntes que tú mismo hayas elaborado en el punto dos de este listado de técnicas de estudio.
Sin duda, leer en voz alta los apuntes es especialmente eficaz en el caso de que tengas que enfrentarte a una exposición oral durante tu examen. De hecho, no está de más que lo hagas mirándote en un espejo para ganar confianza en ti mismo y pulir errores de comunicación no verbal.
Es más, si vas a enfrentarte a una situación de este tipo, es recomendable que pidas a un familiar o amigo que escuche tu exposición. Así podrá darte su opinión acerca de cómo te expresas y qué aspectos deberías pulir.
Hacer simulacros de examen
Aunque esta técnica de estudio siempre es recomendable, resulta especialmente aconsejable para todos aquellos que se ponen nerviosos antes de un examen. Si es tu caso, no dudes en seguir estas instrucciones:
- Durante el proceso de lectura de los apuntes, determina qué preguntas podría hacerte tu profesor.
- Anótalas en pequeñas fichas (puedes usar post-its, por ejemplo).
- Por otro lado, crea tarjetas con las respuestas perfectas a esas preguntas.
- Introduce las preguntas en un recipiente.
A continuación, extrae una pregunta al azar y desarróllala en el papel. Cuando termines, compara tu respuesta con la que aparece en su correspondiente tarjeta y evalúate. Recuerda que deberás ponerte un tiempo límite similar al que tendrás a la hora de realizar el examen.
Descanso activo
Seguro que, si haces deporte, te suena este concepto. Por ejemplo, los corredores no se paran completamente entre serie y serie dentro de sus sesiones de entrenamiento, sino que corren más lento o siguen caminando.
Hay una técnica de estudio que puede ayudarte a preparar un examen haciendo algo parecido. ¿Cómo? Aprovechando el tiempo que pasas realizando otras actividades para ampliar tus conocimientos en la materia.
Si a ti también te gusta correr, puedes ponerte un pódcast relacionado con la materia mientras practicas tu deporte preferido. O grabarte recitando tus apuntes y escucharte a ti mismo durante la sesión. Asimismo, tienes la posibilidad de buscar y ver películas o series que guarden relación con el tema.
Todo esto te servirá para abordar el temario del examen desde otra perspectiva que, probablemente, te resulte más entretenida y amena.
Consejos para estudiar mejor
Ahora que ya conoces las principales técnicas existentes, llega el momento de que continuemos explicándote cómo estudiar para un examen dándote algunos buenos consejos. No te los pierdas.
Establece un horario realista
Asume que el día tiene 24 horas y que debes pasar 8 horas durmiendo. Además, de las 16 horas restantes tendrás que invertir, al menos, 2 horas en comer (desayuno, almuerzo y cena). También deberás pasar 5 o 6 horas en clase, ya sea en el instituto o en la universidad. Así que, probablemente, invertir otras 5 o 6 horas en estudiar sea lo máximo que te puedas permitir, que no está nada mal.
A este respecto, el período que dediques al estudio debe ser exclusivo para esta finalidad. Además, has de situarlo en un horario en el que te encuentres descansado física y mentalmente. Aunque en un caso extremo puede serte de ayuda trasnochar o darte un buen madrugón, no te recomendamos hacerlo de forma continuada, ya que el resultado acabará siendo negativo.
Crea un ambiente de estudio tranquilo
No importa la cantidad de tiempo que puedas dedicar al estudio. Lo realmente relevante es que seas capaz de aprovechar al máximo esas horas que cada día tienes a tu disposición. Para ello, es clave que crees un entorno adecuado para memorizar los conceptos que necesitas para aprobar el examen.
En este sentido, elimina cualquier elemento que pueda suponer una distracción, como puede ser un televisor, una videoconsola o tu teléfono móvil. También es aconsejable que, antes de empezar, lleves al lugar de estudio todo lo que puedas necesitar después: una botella de agua, algo de comida, etc.
Informa al resto de personas que viven contigo de que vas a ponerte a estudiar y de que, por favor, no te molesten si no es estrictamente necesario. Pídeles también que reduzcan lo máximo posible el volumen de la música o del televisor para poder concentrarte al máximo.
Programa descansos durante el estudio
Nadie es capaz de pasar 4, 5 o 6 horas seguidas delante de los apuntes sin perder la concentración. Es más, pasar tanto tiempo en una misma postura puede ocasionar dolores en las piernas, la espalda y el cuello. Este es el motivo por el que los expertos recomiendan tomarse 5 minutos de descanso por cada hora de estudio.
Nuestro consejo es que, durante esos 5 minutos, aproveches para levantarte de la silla y estirar un poco las piernas. Puedes aprovechar para ir al baño, a la cocina a tomar un aperitivo o para consultar tu teléfono que, por supuesto, ha debido estar silenciado desde que te pusiste a estudiar.
Es mejor que programes estos intervalos de descanso de antemano. De este modo, no tendrás la tentación de levantarte de la silla antes de tiempo ni realizarás ningún esfuerzo demasiado grande que merme tu capacidad posterior de estudio. Puedes usar un cronómetro o las alarmas de tu teléfono para cumplirlos a rajatabla.
Prioriza tareas
Antes de ponerte a estudiar, elabora un listado en el que aparezcan todas las tareas que debes llevar a cabo durante, como mínimo, la sesión que vas a afrontar. A continuación, piensa cuáles son las más importantes y determina la cantidad de tiempo que vas a necesitar para realizarlas.
Lo ideal es que arranques la sesión de estudio con una tarea relativamente sencilla que te permita ‘entrar en calor’. A continuación, afronta progresivamente las más complejas y deja para el final aquellas que te sean más fáciles y que te gusten más. Así conseguirás mantenerte motivado y gestionar tus esfuerzos a la perfección.
No descuides tu bienestar personal
Tener un examen próximamente no implica dejarlo todo para centrarte en él. En este sentido, es imprescindible que sigas respetando tu tiempo de descanso, sobre todo, en lo que respecta a dormir. Pase lo que pase, has de tratar de pasar en la cama 8 horas al día.
Sin embargo, también hay otras actividades que, de forma indirecta, pueden venirte bien a la hora de estudiar. Por ejemplo, salir a correr o practicar cualquier deporte cuando te sientas muy estresado e incapaz de seguir avanzando. Te servirá para desconectar, recargar las pilas y volver al estudio con fuerzas renovadas.
Ya sabes cómo estudiar para un examen del instituto, la universidad o cualquier otro tipo de formación que estés realizando. Ahora solo te queda poner en práctica en tu día a día las técnicas y consejos que te acabamos de contar. Te aseguramos que, si lo haces, vas a mejorar tus notas y tu expediente académico, lo que te abrirá un mayor número de puertas educativas y profesionales en el futuro.