01/12/2023
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Llevas más de tres años estudiando, realizando prácticas y aprobando exámenes. El final de tu grado universitario se acerca, pero antes de terminarlo debes redactar y defender tu TFG (Trabajo Final de Grado). Un paso imprescindible para obtener el título.
Lo cierto es que la mayoría de los alumnos se ponen bastante nerviosos ante la idea de tener que hacer este trabajo. Sin embargo, siguiendo los consejos que te vamos a dar en esta guía, usando algo de ayuda tecnológica y, por supuesto, prestando mucha atención a las directrices de tu tutor, no tiene por qué ser difícil. Es más, estamos convencidos de que disfrutarás de todo el proceso.
Como habrás imaginado, aquí vamos a explicarte cómo hacer un TFG paso a paso. Desde la elección del tema hasta la defensa ante el tribunal. Una guía que seguro te resultará de gran utilidad.
Definir el tema del Trabajo Final de Grado
Salvo que lo tengas muy claro, elegir el tema de tu TFG es un poco complicado. De hecho, hay alumnos que tardan demasiado en escogerlo, lo que acaba traduciéndose en falta de tiempo para desarrollar el trabajo más adelante.
Es muy importante que elijas el tema lo antes posible dentro del curso académico en el que tengas que presentar tu TFG. En este sentido, hay facultades que los proponen a sus estudiantes matriculados, pero no es lo habitual.
Lo normal es que tengas que elegirlo tú. Para ello, nuestro consejo es:
- Realiza un brainstorming o ‘tormenta de ideas’ con aquellos temas que te resulten más atractivos.
- Diseña un sistema de filtrado que te permita eliminar los que estén excesivamente ‘manidos’ (faltos de originalidad), pero que mantenga aquellos sobre los que hay suficiente material de estudio como para facilitarte la tarea de redactarlo.
- Quédate con aquellos que más relacionados estén con la rama de tus estudios universitarios a la que te gustaría dedicarte profesionalmente. Al fin y al cabo, el TFG te servirá para especializarte.
- Asegúrate de que hay, al menos, un tutor especializado en ese tema que pueda guiarte lo mejor posible durante todo el proceso.
Tras dar todos estos pasos, lo más probable es que ya tengas un tema claro en mente. Sin embargo, la cosa no acaba aquí, puesto que ahora es el momento de definir sus límites. Ten en cuenta que se trata de un TFG, no de una tesis doctoral.
Vamos a ponerte un ejemplo. Un tema sin delimitar sería ‘medición de audiencias’. El primer paso en el establecimiento de sus límites sería ‘medición de audiencias en las redes sociales’, mientras que el último te llevaría a ‘medición de audiencias en las redes sociales: su impacto en el precio que pagan los anunciantes’.
Concretar los objetivos que quieres alcanzar
Ya tienes el tema y has delimitado su alcance, así que ahora llega el momento de fijar los objetivos de conocimiento que quieres alcanzar con tu TFG. Hay dos tipos:
- Objetivos generales: los más importantes, ya que están vinculados directamente con el marco de referencia de tu trabajo.
- Objetivos específicos: vinculados con los anteriores, pero con un peso menor. Podrían tildarse como secundarios.
Hay un truco muy sencillo para definir todos estos objetivos. Básicamente, consiste en usar uno de estos verbos para comenzar su enunciado: describir, criticar, analizar, comparar, clasificar, definir o explicar.
Siguiendo con el tema usado como ejemplo anteriormente (el de la medición de audiencias en las redes sociales), podrías establecer algunos como: ‘comparar los sistemas de medición utilizados en X (Twitter) e Instagram’ o ‘analizar las tarifas pagadas por los anunciantes según el público al que se dirigen’.
Revisión del marco teórico
Este es uno de los pasos más laboriosos de cualquier TFG. La revisión del marco teórico consiste en hacer una profunda investigación de la bibliografía existente en torno al tema que has elegido. Hablamos, por ejemplo, de artículos científicos, ponencias, libros o investigaciones de cualquier otro tipo.
Tu tutor puede ayudarte mucho en este sentido, ya que lo normal es que sea experto en la materia. Ten en cuenta que el marco teórico te permitirá crear un esquema de referencia que, posteriormente, te ayude a alcanzar los objetivos que estableciste antes.
Definición de la metodología
Ahora llega el momento de determinar la metodología de trabajo mediante la cual quieres alcanzar las metas que te has propuesto. Hay tres:
- Método hipotético-deductivo: es el más habitual en todas las ramas de la ciencia. En concreto, consiste en formular una hipótesis a partir de la observación del tema y, posteriormente, tratar de confirmarla o refutarla mediante tu trabajo de investigación empírico.
- Método deductivo: es el más centrado en la teoría. A partir del análisis de supuestos generales se deducen conclusiones más específicas.
- Método inductivo: este último caso es opuesto al anterior. Por tanto, se analizan casos particulares con el propósito de obtener conclusiones generales.
Debes tomar esta decisión con base en otros aspectos como, por ejemplo, si vas a trabajar mayoritariamente con datos cualitativos o cuantitativos. También si vas a estudiar fenómenos que se dan en períodos cortos de tiempo (sincrónicos) o en largos (diacrónicos).
Plantear la estructura del proyecto
La estructura de un TFG es siempre la misma:
- Introducción: en ella has de justificar por qué crees importante realizar este trabajo de investigación, cuáles son los objetivos que persigues y definir tu hipótesis. Un par de páginas es suficiente.
- Desarrollo: es la parte más larga, puesto que aquí vas a concentrar todos los datos que has obtenido desde la teoría y desde tu propia investigación.
- Conclusiones: con base en lo expuesto en el desarrollo, tendrás que confirmar o refutar la hipótesis planteada en la introducción.
- Bibliografía: aquí deberás citar todos los artículos, libros e investigaciones que hayas utilizado para crear tu TFG.
Como es obvio, esta es la parte más sencilla. Una vez que la tengas clara, tendrás que elaborar un índice mucho más detallado en el que aparezcan todos los capítulos de tu TFG. Has de colocarlo justo antes de la introducción.
Cuidar y trabajar la redacción
Un TFG no es un trabajo académico cualquiera. En él has de llevar a cabo un tipo de redacción marcado por la claridad, la concisión y la técnica. Es decir, has de ir al grano en todo momento utilizando un lenguaje específico y propio del tema que abordas.
Ten mucho cuidado con las faltas de ortografía y de puntuación, ya que los tribunales son bastante exigentes al respecto y pueden penalizar mucho tu nota final. Abstente también de licencias literarias y comentarios que no vienen al caso, así como de expresiones coloquiales.
Por su parte, habla siempre en impersonal o, lo que es lo mismo, utiliza la tercera persona (‘aquí se explica’, ‘de este dato se deduce’, etc.). Esto da un tono mucho más científico al trabajo que la primera persona del plural.
Citar correctamente las fuentes
No tengas miedo de citar todas las fuentes que necesites. Eso sí, siempre has de hacerlo de forma adecuada y siguiendo uno de los métodos de citación aceptados por tu facultad. Actualmente, el método más extendido es el APA.
Por suerte, esta es una cuestión de la que no debes preocuparte en exceso, ya que hoy en día existen herramientas online que automatizan la generación de citas. Puedes encontrarlas haciendo una rápida búsqueda en Google o en cualquier otro buscador. Después, rellena el formulario con los datos que te pidan y pega el resultado en el documento de tu trabajo.
Prepara la defensa
Una vez que hayas terminado de redactar tu TFG, llega el momento de preparar la defensa ante el tribunal. En este sentido, lo primero que debes tener claro es que si tu tutor te ha dado el beneplácito para que lo presentes es porque posee un nivel de calidad suficiente como para sacar buena nota, así que tranquilo.
La clave para no ponerte nervioso y realizar la mejor defensa posible es practicar, practicar y practicar. No decimos que debas aprenderte la presentación de memoria, pero sí haberla ensayado tantas veces que sientas plena confianza en ti mismo.
El tiempo de defensa de un TFG es de solo 15 minutos, por lo que necesitarás sintetizar toda la información imprescindible en el menor espacio de tiempo posible. Después, habrá un período de 10 minutos en el que los miembros del tribunal podrán hacerte las preguntas que estime oportunas. Tampoco te preocupes excesivamente por esto, ya que a estas alturas serás un experto en la materia y podrás desenvolverte bien ante cualquier cuestión.
Consejos para elaborar un TFG
Llegados a este punto, es el momento de que te demos algunos consejos muy útiles para que acabes redactando y defendiendo el mejor TFG posible. Unas recomendaciones que te ayudarán a sacar la mejor nota posible y a mejorar tu expediente académico, lo que te servirá para disfrutar de mejores opciones profesionales o a la hora de estudiar un posgrado.
Elegir un tema que te apasione
Es lo más importante. Si el tema que has elegido te gusta, no te supondrá ningún esfuerzo ponerte a investigarlo. Es más, te sentirás atraído por él y cada vez querrás más y más. Incluso tu TFG puede ser la base en la que luego se sustente tu Trabajo Fin de Máster (TFM) y tu tesis doctoral.
Formula una hipótesis de inicio
Una hipótesis no es más que una suposición hecha a partir de los datos de los que dispones antes de ponerte a elaborar tu TFG. Por tanto, su utilidad es máxima antes de emprender una investigación como esta.
Esta hipótesis o suposición debe ser lo más clara posible. ¿El motivo? Será la base que guíe el desarrollo de tu TFG. Ten en cuenta que todo lo que hagas a partir del momento de formularla tendrá el único objetivo de probarla o refutarla.
Planifica el tiempo del que dispones
Como ya te dijimos antes, lo ideal es que elijas el tema de tu TFG lo antes posible. Preferiblemente, nada más empezar el curso académico en el que tendrás que presentarlo. Esto te permitirá planificar tu tiempo de forma mucho más sencilla y tranquila.
Vamos a imaginar que dispones de cuatro meses para elaborar y presentar tu TFG. Si es así, dedica el primer mes a elegir el tema y realizar el marco teórico. En el segundo deberás centrarte en realizar las investigaciones oportunas, mientras que en el siguiente mes y medio tendrás que centrarte en redactar. En las últimas dos semanas solo deberás concentrarte en crear una presentación atractiva y en practicarla una y otra vez.
Haz una defensa atrayente
La defensa de tu TFG no es un mero trámite y tiene bastante peso en la nota final que dará el tribunal. Por ello, para conseguir que sea lo más atractiva posible, te recomendamos que:
- Resumas la información más importante de la forma más breve posible: recuerda que solo dispones de 15 minutos para hacer la presentación.
- Realices una presentación con diapositivas: a través de PowerPoint o cualquier otra herramienta o aplicación similar.
- Incluyas gráficos e imágenes: ya que hacen que la información sea mucho más atractiva y sea asimilada mejor.
- Hagas preguntas retóricas al tribunal: son de gran ayuda para captar la atención de sus integrantes.
- Te apoyes en referencias: de este modo, avalarás las decisiones que has tomado durante todo el proceso de investigación.
Vístete de forma elegante y ten seguridad en ti mismo. Una vez que termine tu presentación, agradece a los miembros del tribunal por el tiempo que se han tomado en escucharte. Cuando te hagan una pregunta, anótala en un papel para que, después, no te olvides de nada a la hora de responderla.
En este sentido, te recomendamos analizar cuáles son los puntos débiles de tu trabajo, puesto que de ahí saldrán la mayoría de las preguntas que te realicen. La confianza en ti mismo a la hora de responder puede hacer que, al final, no te penalicen tanto.
Si tienes todo esto en cuenta, estamos seguros de que acabarás realizando un excelente TFG que te brinde la nota que esperas. No olvides que se trata del colofón al grado que te has pasado estudiando los últimos cuatro años y de tu puerta de entrada al mercado laboral o, en su defecto, a la formación académica y universitaria de mayor nivel.